miércoles, 9 de enero de 2013

Erotismo y pornografía


Menuda panda de guarretes estáis hechos que habéis entrado aquí en cuanto vuestros ojos han leído la palabra "pornografía". Y eso que no he puesto una imagen de las sugerentes como portada. No os lo vais a creer, pero hubo un tiempo en el que los chavales que sufrían el "despertar hormonal" no podían recurrir a internet para saciar su lujuria (quizás éste era el secreto de que la natalidad estuviese disparada por aquel entonces).

Tengo que comentar algo. Soy colaborador de ionlitio, pero debido a ciertos "problemillas" con el tema de la censura y no poder hablar de ciertos temas he puesto este artículo aquí y no allí. Voy a hablaros sobre cómo nos las apañábamos para conseguir "material" y cómo vivimos el tema del destape cuando éramos niños.

Para mi es una parte fundamental en mi vida. No sería el mismo si no hubiese visto de pequeño esas películas tan malas de Mariano Ozores que tanto me gustaban o intentado alguna vez ver a escondidas la famosa peli codificada de Canal Plus. Os voy a exponer mis vivencias y lo siento por las lectoras, pero este artículo va dirigido especialmente a un público masculino ya que, seguramente, las chicas lo vivieron de otra forma.

 

INFANCIA

 


Lo que imperaba en esta época de mi vida eran las comedias españolas con desnudos ocasionales (antes era muy normal ver desnudos integrales en las películas de este tipo). Más concretamente las de Mariano Ozores. Mariano Ozores era el Peter Jackson español de aquel entonces. Sus películas las solían protagonizar su hermano Antonio Ozores, Fernando Esteso y Andrés Pajares.

Estas pelis las visionaba desde la curiosidad que puede tener un niño por ver algo que los adultos no quieren que veas. No había más. Si mis padres no le hubiesen dado ninguna importancia a esto, lo más seguro es que nunca me hubiese dado por ver ninguna peli de estos personajes, porque eran malísimas y mi mente de niño no entendía nada, pero, mira tú por donde, salían mujeres en bolas y mis padres no querían que las viese. Así que TENÍA QUE VERLO.

Los argumentos eran lo de menos, lo realmente hilarante eran las situaciones en las que las actrices se despelotaban. Si digo que eran surrealistas me quedo corto. Había dos tipos de actrices: las que se desnudaban muy rápido y muy rápidamente desaparecían del plano (solían irse corriendo medio tapándose y fingiendo cierto pudor) y las que se desnudaban y se quedaban tan panchas delante de la cámara. A este segundo grupo pertenecía Adriana Vega.

La foto que he puesto no le hace justicia, pero es la única que he encontrado por la red en la que no enseña chicha. Aunque había muchas actrices recurrentes, Adriana es la que más a fuego tengo grabada. Quizás sea porque fue la primera mujer desnuda que vi o, quizás, porque es realmente el tipo de mujer que me gusta. A lo mejor pasa como con mi color favorito: no sé si es el rojo porque mi tortuga ninja favorita era Rafael o Rafael es mi tortuga ninja favorita porque el rojo era mi color favorito. Es otro de los enigmas de mi vida.

El caso es que esta mujer me encantaba. Salía prácticamente en todas las pelis de Ozores. Para mi era lo que le daba caché a la película. Incluso me dejó huella en lo que a gustos personales se refiere, ya que la prenda femenina que más me gusta, con diferencia, es el liguero. Y adivinad quién solía aparecer llevando un liguero... Exacto, muñeca chochona para el caballero.

Alguno se preguntará cómo diablos un niño podía ver este tipo de películas. "¿Es que no había horario protegido?" Iba a escribir un gran y sonoro "JÁ", pero mejor pondré un "No, no lo había". Recuerdo, como si fuera ayer, como una tarde de un día cualquiera entre semana pusieron en Televisión Española a eso de las cuatro de la tarde una de Andrés Pajares. ¡Y no pasaba nada! Ni los niños se traumatizaban, ni se volvían unos obsesos pervertidos ni "ná de ná".

No pasaba esto por una razón muy simple. Las películas de antes, aunque es verdad que abusaban de desnudos, eran bastante inocentes. Se recurría al desnudo, generalmente, para reforzar o crear algún momento cómico. De esta manera, aún habiendo estado viendo todas estas pelis, no fue hasta que dí en el colegio el tema "La reproducción sexual" cuando me enteré de como funcionaba el tema. Y os aseguro que me traumatizó más esto que ver a la buena de Adriana en liguero.

Un clásico en mi infancia fue Benny Hill. Su "humor" consistía en hacer gags con más o menos gracia, pero el elemento indispensable era que saliesen chicas guapas. En ropa interior a poder ser. No sé si la memoria me está jugando una mala pasada, pero creo recordar haber visto pechos alguna vez. De todas formas lo normal era ver mucha lencería.

Solía ver "El Show de Benny Hill" junto a mi padre. Lo que más me sorprendía era ver como este simpático gordito tenía tanto éxito con las mujeres. Tuve claro que de mayor quería ser como él: estar todo el día corriendo (al ritmo acelerado de la famosa musiquilla) para huir de una horda de mujeres en ropa interior que me perseguiría en fila india alzando los brazos y poniendo caras raras.

Un acontecimiento bastante importante que sucedió por aquellas fechas fue el de un concierto que dio Sabrina Salerno. Habría sido uno más del montón si no hubiese pasado lo que pasó. Creo que fue en un concierto para Televisión Española, lo importante es que sepáis que estaba siendo televisado. Estaba cantando... esto... pues como es el único que conozco vamos a hacer como que cantaba su famoso tema "Boys". Pues bien, entre un "Boys" y otro "Boys" se le fue un pecho fuera. ¿Cómo pudo pasar? Si la veis en movimiento igual lo descubrís. Es lo que tiene la inercia, que es muy traicionera. Bueno, además de la inercia también ayudó que no llevase sujetador, pero eso es algo que agradezco a día de hoy y nunca se lo echaré en cara. Aunque siempre acabo con el cuello dolorido por "seguir el ritmo". El problema fueron todas esas esposas y amas de casa que se vieron eclipsadas por esta espectacular italiana y al ver a sus maridos babeando frente al televisor montaron la mundial. Que si era una guarra, que se le tenía que prohibir la entrada en España, que si era el Diablo... Lo que siempre pasa cuando un colectivo ve algo que no le gusta, que intentan eliminarlo con todas sus fuerzas.

A pesar de toda esa campaña de desprestigio que tuvo, Sabrina Salerno es posiblemente el primer mito erótico que he tenido (y el de muchos españoles e italianos). Marilyn Monroe para mi fue una completa desconocida hasta el punto de que no forma parte de mi particular "Olympo de buenorras" y siento una completa indiferencia por ella.

Otro de los recuerdos que conservo con cariño es el de "Las Mamachicho".



A día de hoy sigo sin saber quien era el maldito Chicho, pero no me podéis negar que era un tipo con suerte, un puñetero tipo con suerte. Las Mamachicho ejercían sobre mi un efecto inexplicable que me obligaba a poner todos mis sentidos en la pantalla del televisor cada vez que aparecían.

Tiempo atrás, Telecinco era mi cadena favorita. Sin lugar a dudas era el canal que más contenidos de este estilo emitía. No lo recuerdo muy bien pero emitían un programa por las noches picante picante que nunca pude ver porque mis padres siempre me mandaban a la cama. Sólo tengo algunos flashes como las "Cacao Maravillao" y unas chicas que al decir "¡Qué calor, qué calor!" ¡ZAS! te enseñaban un par de razones para seguir viendo el programa.

 

PRE-ADOLESCENCIA

 

En esta época empecé a sentir cierta atracción por el género femenino. Hablar de internet era ciencia ficción, por lo que si uno quería ver "carnaza" tenía tres opciones. 1) Echarse novia. (sólo uno de cada millón de imberbes lo consigue) 2) Esperar a que emitiesen algo sugerente por televisión. 3) Comprarse una revista guarrilla.


En la tercera opción os vendrá a la mente la famosa revista "Playboy", pero os aseguro que nunca pasó por mis manos uno de sus ejemplares. Ni por las mías ni de ningún niño que conociese. El quiosquero de mi barrio hacía bien su trabajo. Creo que Playboy no tenía tanto peso en mi círculo como lo tenía otra revista llamada "Interviú". Ésta era la revista más demandada y famosa que conocíamos los chavales. Cuando tenía que ir al peluquero siempre deseaba que le estuviesen cortando el pelo a alguien y tener que esperar un rato. ¿Por qué? Porque en una mesilla había un montón de interviús para los clientes que tenían que esperar. No os voy a engañar, me ponía morado. Aprovecho para agredecer públicamente al peluquero, que se hacía el loco y me dejaba ojear las revistas sin decirme nada. Por aquel entonces una mujer de las que más verraco me ponía era Ivonne Reyes. Había presentado algún que otro programa aquí, en España, y no era todavía todo lo famosa que llegó a ser. El día que me encontré entre el montón de revistas a la amiga Ivonne en portada fui muy feliz.

También tuve mi primer amor platónico. Que no fue otra que, tachán tachán, ¡Raffaella Carrá! Al que haya pensado "¡Pero si es una vieja, por Dios! ¡UNA VIEJA!". Además de querer partirle la cara, le diré que piense que la Raffaella de la que caí completamente enamorado era más o menos así (ignorad lo que pasa entre el momento 1:00 y el 1:10 o perderéis la cordura):



Además de guapísima, estaba en forma, era muy simpática, tenía acento italiano y hacía la cosa esa con el pelo que me volvía loco. ¡Como no enamorarme de este MONUMENTO de mujer! El mío era un amor puro pero imposible.

Una de las lacras y de las cosas más bizarras de mi vida es que si le preguntas a mi madre quién fue mi primer amor te dirá que fue Leticia Sabater. ¿Por qué? Porque veía su programa. Así de simple. No lo veía porque me gustasen los dibujos que echaban en su espacio. No. Lo veía para verla a ella. Precisamente A ELLA.

Esta mujer no sólo me parecía horrible físicamente sino que cuando cantaba el "Letirap" me daban ganas de romper cosas. Y era escucharla hablar y empezaba a rechinar los dientes. No sé a quién llegué a odiar más, si a esta pájara o al loro de los huevos que la acompañaba más tarde. Otra presentadora infantil por la que no sentí ninguna atracción fue la brasileña Xuxa. Pero Xuxa no me caía mal y el juego que hacían en su programa me gustaba, así que decidí perdonarle la vida.

Otras cosas que me empezaban a llamar la atención y que antes no lo hacían eran las bailarinas de "El Gran Juego de la Oca".



Éstas (y las del posterior programa llamado "Furor") me ponían cosa mala. Pero aunque "sentía algo" cuando veía a estas bellezas no tenía muy claro qué era.

 Mención especial tiene la aparición de otro mito erótico para una generación: Pamela Anderson. Apareció en la serie de "Los Vigilantes de la playa" causando furor. Francamente, a mi me gustaba Pamela, por supuesto, pero había otras "vigilantas" que me gustaban más. Una era la neumática Yasmine Bleeth, que tenía ese toque inocente en la mirada que tanto me gusta. Nicole Eggert era otra que también me llamaba bastante la "atención". Lo curioso del caso es que esta serie no me gustaba. Me aburría mucho. Las interpretaciones y las situaciones de riesgo me parecían de risa. Tampoco me hacía gracia estar viéndole el bronceado a David Hasselhoff y a los demás maromos que salían (como el bronceado de He-man no hubo otro igual). Pero tenía que ver un episodio de vez en cuando. Ver a todas estas bellezas embutidas en el bañador rojo mientras corrían sobre la arena de la playa era un espectáculo para la vista que ni siquiera "Avatar" ha podido igualar (es posible que haya exagerado un poquito).

Y, de pronto, un día llegó un fenómeno como nunca había visto antes. Hablo, ni más ni menos, que de las "Spice Girls". A las niñas les gustaban porque estaban en la edad del pavo. A los niños porque cantaban muy... esto... bailaban muy... porque estaban buenas. Aunque las niñas se peleaban entre ellas por demostrar que su Spice Girl favorita era la mejor, los niños teníamos bastante claro cual era nuestra predilecta: Geri Halliwell. Un día apareció en clase una niña con la típica revista dirigida a un público adolescente y poco inteligente en la que contaban "El oscuro pasado secreto de Geri". El oscuro pasado era que, hacía unos años, había posado para un fotógrafo enseñando un poco de carne. Tampoco era nada espectacular, pero era Geri. No os contaré cómo pero conseguí que la niña de la revista me diese las hojas (que posteriormente recorté) en las que salía Geri "ligerita" de ropa. En ese momento se convirtió automáticamente en una de mis posesiones más preciadas. De hecho, sigo conservando los recortes.

 

ADOLESCENCIA

 

 

Aquí ya empecé a tener claras las cosas. Por este entonces, algo que adquirió mucha fama fue la peli X que echaban en Canal Plus los viernes por la noche. Mentiría si digo que nunca vi a escondidas la famosa peli. Pero tenéis que saber algo: mi padre no era abonado de Canal Plus. Lo que veía era algo parecido a la imagen que he puesto. Así que como, aunque tenía las hormonas revolucionadas, no estaba loco, la vi una vez y ya está. Me parecía una tontería perder el tiempo con eso.

Una cosa que me hacia mucha gracia era oír a alguno de mis compañeros de clase diciendo que si entrecerrabas los ojos y girabas el cuello de tal forma el codificado desaparecía. Como lo solía decir el mismo que afirmaba rotundamente que vio al perro de la mermelada y a Ricky Martin yéndose asustado no le hicimos mucho caso, pero apostaría algo a que alguno hizo la prueba.

Otro de los acontecimientos importantes de esta etapa fue que Canal Sur, mi canal autonómico, empezó a emitir sesiones de cine erótico los sábados por la noche. Y estas pelis no eran como las que veía en mi infancia. Aquí fingían que hacían "eso". Al principio echaban pelis europeas raras raras. "No todo el monte es orégano": si no fue la primera que pusieron, sería la segunda. Era rara de narices. Además que yo contaba con un handicap que luego os contaré.

Recuerdo que en este momento tenía un vídeo en mi cuarto. Pero no era un vídeo cualquiera. Era un vídeo beta. No voy a entrar en temas técnicos, lo único que tenéis que saber es que hacía un ruido de narices cuando grababa y las luces del panel eran excesivamente luminosas. Esto quiere decir que si programaba el vídeo para que me grabase la peli lo más seguro es que me pillasen porque en mitad de la noche mi habitación parecía una pista de aterrizaje mientras el avión está tomando tierra.

Si quería ver la película tenía que hacerlo en vivo y en directo. Para poder hacerlo tenía que verla a oscuras (mi visión se resintió y comprendí que eso de que "os vais a quedar ciegos" tiene cierta parte de verdad), sin sonido (me tenía que inventar yo mismo el argumento y los diálogos sobre la marcha) y estar en un constante estado de alerta. Sin lugar a dudas esto último era lo peor.

Estaba más pendiente de si oía algún ruido fuera de mi cuarto que de la propia peli. Había practicado un montón de simulacros para tener claro como tenía que reaccionar al más mínimo ruido. Recuerdo un día que mi padre estaba constipado y no paraba de toser durante toda la noche. Al final tuve que abortar la misión y echarme a dormir porque era imposible ver nada así.

Las pelis que ponían en Telecinco por las noches eran americanadas. La principal diferencia con las españoladas eran principalmente dos. La primera diferencia era que en las pelis americanas el nivel de silicona era altísimo mientras que en las españolas era prácticamente inexistente. La segunda era que parecía haber una regla que decía que no podía verse vello púbico. Rara era la peli en la que se veía "pelo" porque la chica siempre se ponía de tal forma que no se veía nada de nada.

Otro de los fenómenos de la época fue el estreno de la película "Showgirls". No apta para menores de 18 años. No me ruborizo al confensar que yo fui uno de los muchos niños que intentaron comprar una entrada en la taquilla para ver la película. No tuve éxito. Así que me quedé con las ganas de saber por qué Jessie Spano dejó los estudios (con lo bien que se le daban) para dedicarse a hacer stripteases. Si el Señor Belding levantara la cabeza. También recuerdo cuando los de Canal Plus anunciaban a bombo y platillo que iban a emitir la peli a sus abonados con anuncios cada dos por tres. Fue la película que más ganas he tenido de ver. Y cuando, muchos años más tarde, la vi me sentí muy decepcionado. Por lo menos la amiga Elizabeth Berkley estaba de toma pan y moja, quién lo hubiera dicho. Una pena que luego "desapareciese" del panorama televisivo (aunque creo que la he visto en alguna serie, pero siempre con papeles menores y esporádicos).


Las pelis del ciclo erótico que emitía Canal Sur iban por rachas. Si les daban por las españoladas, ponían pelis españolas durante unas semanas; si les daban por las italianas, ídem. Fue en una de estas rachas de cine italiano donde conocí a mi mito erótico por excelencia: Carmen Russo. Para mi es LA MUJER. LA HEMBRA. ESPECTACULAR. INCREÍBLE. Deja a Pamela Anderson en la cuneta y cubierta de barro hasta las cejas. Si pudiera viajar en el tiempo iría directo a la Italia de los ochenta en su busca y movería cielo y tierra para conseguir camelármela. Ahora que lo pienso es increíble la de bellezas que han salido de Italia, no nos olvidemos del bellezón de Sophia Loren. Casi todas mis favoritas son italianas. Deben ser las pizzas y la pasta que comen. Y los de El Vaticano con voto de castidad, pobrecillos.

En otra de las rachas, de las que he comentado anteriormente, pusieron pelis del director Tinto Brass. La característica principal de este director es que sus películas rozan la pornografía. Aunque tienen la calificación de "eróticas" eran demasiado explícitas. ¿Cómo de explícitas? Pues hasta el punto que me dejaron tan impactado que estuve una temporada sin trasnochar para ver las pelis de rigor. Asustadito me dejó (pensad que todavía no había visto nada pornógrafico en mi vida).

En otra tanda les dieron por americanadas como "Enmanuelle" (las de Krista Allen, no las antiguas) y "Las Desventuras Eróticas del Hombre Invisible" (muy graciosa). De hecho, hizo que se me pasase por la cabeza escribir un libro titulado "El Chachi y sus Eróticas Aventuras", todavía no lo descarto.

Ordenador no tuve hasta 1º o 2º de BUP. Pero no fue hasta prácticamente la universidad cuando empecé a estar "conectado". El que piense que a partir de aquí empecé a descargar vídeos guarros a diestro y siniestro está bastante equivocado. A la generación del ADSL, os voy a explicar un par de cosas.

El primer módem que tuve fue uno de 56Kbps. Esto significa que, además de tener que escuchar el precioso y armónico "canto del módem" cada vez que te conectabas y de que la línea telefónica no podía utilizarse (incluso recuerdo que estando alguna vez conectado llamaban al teléfono y se fastidiaba la conexión), la velocidad de descarga iba a pedales. Tanto es así que resultaba desesperante bajar casi cualquier cosa. De los vídeos os podéis olvidar. ¿Y las fotos? Bueno. Si eran de baja resolución y no ocupaban mucho podías descargarla. Eso sí, lo más seguro era que vieras como se iba completando la imagen línea a línea. Y si tenías la mala suerte de sufrir una desconexión (bastante habitual) se te quedaba incompleta y tenías que volver a bajarla. También olvidaos de la tarifa plana. Cada mes tenía que comprar una tarjeta que me daba derecho a conectarme durante ese mes en una determinada franja horaria y no podía salirme de ahí.

Pese a todas estas limitaciones, hice mi incursión en internet y accedí a mis primeros contenidos pornográficos. A estas alturas ya tenía bastante conocimiento de causa en la materia y no me supuso ningún trauma ni me impresionó especialmente. ¿Qué descubrimientos trascendentales realicé?

Pues que esto del porno no me hacía mucha gracia. Aunque es cierto que muy de vez en cuando consumo este producto, digamos que "Cuando navego, el único mástil que me gusta ver es el de mi barco.". Pero sí que me gusta bastante el género "softcore". Para el que no lo sepa, consiste en una chica posando desnuda en posturas sugerentes y poco más. Mi gran descubrimiento en aquellos primeros tiempos interneteros fue la Todobuenorra Veronika Zemanova. ¡Vaya mujer! ¡Viva la República Checa! Ya podían venir todas las actrices porno que quisieran que yo con mi Veronika era feliz.

Por aquel entonces las actrices "actuales" eran: Jenna Jameson, Asia Carrera, Silvia Saint, Aria Giovanni y no recuerdo a ninguna más que me llamase especialmente la atención.

 

MADUREZ

 

Con los años no ha cambiado mucho mi forma de pensar respecto a este tema y mis gustos siguen siendo, más o menos, los mismos. Desde aquellas conexiones insufribles al ADSL actual y con la cantidad de "material" que hay en la red es curioso que nunca me haya dado por ahí y haya descargado pornografía como un poseso a pesar de todos mis antecedentes eróticos. Como ya he dicho, no soy consumidor habitual de porno. Es cierto que alguna vez alguna actriz me ha llamado la atención: Monica Roccaforte, Sandra Romain, Naomi Russell, Gianna Michaels, Sasha Grey... Pero en general me sigue llamando más el softcore. Prefiero mil veces a una siempre bien formada Vendula Bednarova que a cualquier pornstar del montón. Y si encima es Vendula en liguero, APAGA Y VÁMONOS.

 

DESPEDIDA Y CIERRE

 

Lo lamento por las lectoras (si a alguna le ha dado por leer esto), si yo fuese mujer habría escrito un artículo desde otro punto de vista, pero es lo que hay. La pena es que no tengo grandes conocimientos sobre "cosas de chicas" y no puedo escribir nada especial para así recuperar el equilibrio del universo.

El sexo es algo bastante importante en nuestras vidas y cada uno lo hemos vivido de una manera diferente. Espero que os hayáis sentido identificados en algún momento del texto con alguna de las cosas que he escrito.

5 comentarios:

  1. Muy divertido y nostalgico.Tienes que escribir mas.

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  2. muy bueno.Oye cada cuanto tienes pensado actualizar?

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    1. Pues no tengo pensado actualizar con frecuencia. Cuando escriba sobre algo demasiado picante o violento o, simplemente, demasiado personal como para publicarlo en ionlitio lo pondré aquí.

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  3. Jajaja que recuerdos, todavía me acuerdo cuando llamábamos a Tele 5: "Teta 5", en honor a sus noches de viernes eróticas ^^

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    1. Creo recordar que empezaron con las tías estas que lavaban coches en bikini y luego siguieron por la misma línea. Telecinco ha sido el canal que más tetas ha emitido en España. Pero en Italia era todavía más espectacular.

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